El mantenimiento de subestaciones energizadas utiliza tecnología de punta para garantizar la limpieza y mantenimiento de los equipos sin necesidad de suspender el suministro eléctrico. Entre los métodos más avanzados, destaca el uso de chorros de agua desmineralizada a alta presión, que permite la eliminación de contaminantes como polvo, grasa y sales sin comprometer la integridad de los componentes eléctricos.

Este procedimiento es especialmente efectivo en entornos donde la continuidad del servicio eléctrico es crucial, ya que evita interrupciones que podrían generar costos operativos significativos o afectaciones a procesos críticos. 

La limpieza con agua desmineralizada reduce significativamente el riesgo de cortocircuitos y descargas eléctricas, asegurando un entorno operativo seguro y estable.

Las actividades realizadas en este mantenimiento también incluyen inspecciones visuales, mediciones eléctricas y ajustes en componentes esenciales, como aisladores, conectores y sistemas de protección. 

Estas acciones preventivas mejoran la confiabilidad del sistema, minimizan las probabilidades de fallas imprevistas y contribuyen al cumplimiento de estándares de seguridad industrial. Este enfoque permite maximizar la disponibilidad y eficiencia de las subestaciones mientras se mantienen en operación continua.​