La puesta en servicio de transformadores de potencia abarca todas las actividades necesarias para garantizar una operación segura y eficiente de nuevas unidades o equipos reparados. Este proceso incluye la planificación detallada desde la llegada del equipo al sitio, considerando aspectos como su ubicación precisa y la verificación de las condiciones del entorno. 

La instalación en sitio implica la revisión de la integridad física del transformador, la conexión de accesorios y sistemas auxiliares, así como la realización de pruebas de aceptación, entre ellas, mediciones de resistencia, aislamiento y relación de transformación.

También se evalúa la coordinación con los sistemas eléctricos adyacentes, incluyendo protecciones y esquemas de control, asegurando que el equipo opere de manera confiable dentro del sistema de potencia. Adicionalmente, se realizan ajustes en los parámetros operativos, como niveles de tensión y corriente, para garantizar el cumplimiento de las especificaciones técnicas y normativas. 

Este proceso concluye con la integración del transformador al sistema eléctrico, acompañado de un monitoreo inicial para confirmar su desempeño bajo carga real. La correcta puesta en servicio no solo asegura el cumplimiento de estándares de calidad, sino que también extiende la vida útil del equipo, minimiza el riesgo de fallas y optimiza su desempeño desde el primer día de operación.